Un día conmigo.
El resto del celo fue igual de intenso pero todo se redujo las últimas horas, ambos estaban igual de exhaustos cuando sus lobos habían cedido por completo el control a sus partes racionales, al abrir los ojos Jungkook se sintió tan feliz de ver a Jimin rodeando su cuerpo, de sentir su respiración tranquila pegada a su pecho, tiene tanta felicidad en su ser que cree que va a explotar de felicidad, aunque a decir verdad siente algo extraño, como si su instinto posesivo estuviera activado al 100%, la simple idea de alejarse de Jimin o de que alguien más se le acerque es impensable, sabe que es normal tomando en cuenta que acaba de terminar su celo y tampoco va a negar que tener a Jimin cerca es fabuloso, solo no quiere que su omega crea que es un alfa tan terriblemente posesivo, aunque lo sea.
Siente que cada músculo de su cuerpo pesa y duele tremendamente, pero su lobo no está lo suficientemente cansado para olvidar que Jimin se sentirá igual que él y que el menor no ha comido adecuadamente en varios días, así que estando de acuerdo con su parte animal, se puso de pie, no sin antes liberar su aroma para llenar todo el nido con él, besó la mejilla de su ángel con delicadeza y caminó a la cocina para prepararle un desayuno digno a su omega.
Se acercó a su teléfono para revisar las notificaciones existentes, encontrando así una muy importante para él, era el aviso de un nuevo correo electrónico que leyó apresurado y con una gran sonrisa formándose en sus labios, luego de unos minutos donde respondió a dicho mensaje, dejó su teléfono en la sala de estar y continuó con sus planes, aún era muy temprano así que se tomó el tiempo necesario para sacar a Tiza de su escondite, limpiar la sala de estar, el comedor y la cocina, y además preparar una amplia variedad de alimentos, tenía huevos revueltos, tocino, panques, fruta picada, pan tostado y tortitas de papa, todo exhibido para que el menor pudiera nutrirse adecuadamente.
Estaba sirviendo café en una taza, la comida olía estupendamente haciendo a su estómago rugir ante el hambre, pero de pronto un aroma opacó a todos los demás, el de su precioso omega que se acercaba a la cocina con rostro adormilado y su pijama puesto, sintió sus pequeños brazos rodearlo por el torso y ni siquiera trató de evitar la enorme sonrisa que adornaba sus labios.
Se sentía tan bien estar cerca de Jimin, se sentía tan querido y tenía siempre esa hermosa sensación en el estómago acompañada de la impaciencia por escuchar su voz y ver sus ojos azules, podía ver a Jimin siendo solo Jimin por mil horas seguidas y adorar cada segundo de eso, es el sentimiento más lindo que ha tenido en su vida y nunca quiere perderlo.
—Hola, bebé —saluda pero continúa con su labor, esta vez preparando la leche con chocolate para el omega—. ¿Descansaste? —sintió la mejilla del ojiazul contra su espalda asintiendo lentamente.
—Hola, ricitos —liberó un suspiro cuando por fin el alfa se giró para apresarlo entre sus brazos y frotar su mejilla contra su cuello para marcarlo con el tabaco y la tierra mojada, las mariposas se agrupaban en su estómago por la felicidad y su corazón latía rápidamente, Jungkook los giró con lentitud y lo subió a la barra de la cocina para besarle en los labios.
Los besos eran suaves y tranquilos, deslizándose a su mandíbula y arrebatándole suspiros al omega cuando sintió la nariz del alfa pasarse sobre la piel de su cuello, llena de marcas rojizas al igual que todo su cuerpo, el alfa se encuentra en la misma situación, con huellas de los pequeños dientes del menor y sus uñas en casi todo su cuerpo, pero no podían importarles menos, a ambos les encantan las marcas dejadas en el cuerpo del otro por ser los estragos del celo compartido. Jimin lleva sus dedos al cabello despeinado del ojiverde y los enreda en los rizos para brindarle un masaje en el cuero cabelludo, las manos de Jungkook están puestas en su cintura y lo acarician con ternura, cada uno tan ávido de cercanía como el otro.
—Mi precioso cachorrito —habla muy cerca de sus labios con sus narices acariciándose en un besos esquimal—. ¿Tienes hambre?
—Tengo demasiada hambre —asiente con una gran sonrisa elevando sus labios y achicando sus ojos.
—Me alegra escuchar eso, angelito —besa su frente con dulzura y lo ayuda a bajar—, porque de igual forma tendrías que comerte todo ésto —señala la mesa repleta de comida haciéndolo reír.
—Yo no voy a comerme todo eso —ríe de nuevo—, con un huevo revuelto y un trozo de tocino estoy bien, alfa —niega.
—Me temo que no —guía al menor hacia la mesa donde lo hace sentarse en una de las sillas—, no comiste adecuadamente por días, tienes que comer mucho.
—Kook pero...
—Pero nada, amor —va a la cocina y en menos de 5 segundos estaba de vuelta con Jimin, dejando un plato y cubiertos frente a él—. Quiero que comas todo lo que hay aquí, al menos un poco de cada cosa, hasta que tu estómago esté a punto de reventar —el omega soltó una risilla mientras lo miraba señalar cada alimento.
—Bien, alfa mandón —se rinde con gracia—. ¿Dónde está Tiza? —y como si fuera a propósito la cachorra llegó corriendo hacia él para juguetear un poco con su pantalón de pijama y mover la cola con entusiasmo—. Hola, pequeñita —se inclinó para buscarla con la mano y acariciar su cabeza, estaba más saludable y su aspecto se veía mucho más feliz, sin duda ambos la salvaron de el peor de los finales.
—Bebé, vas a comer —regaña el mayor.
—¿Estás insinuando que Tiza está sucia? —pregunta ofendido y Jungkook ríe un poco por su reacción, Jimin es muy sobreprotector con la perrita, siempre cuidándola y defendiéndola del alfa a capa y espada aunque él realmente no esté molestándola, eso llena su corazón de alegría por algún motivo que no comprende pero se imagina, claro que se lo imagina.
—Nunca diría eso, amor —niega convencido pero los hoyuelos por la sonrisa estaban presentes—. Solo digo que algún pelo puede quedarse en tus manitas y eso no es higiénico ni saludable para ti —reprende mientras busca con los ojos la toalla de cocina para traerla y limpiar las manos del menor con delicadeza.
—Da igual —una vez que el mayor le limpió las palmas las regresa al pelaje de la cachorra con una sonrisa cuando ve que el alfa rueda los ojos sin molestia verdadera—. Es que ve... es preciosa —rasca su cabeza haciendo que sus orejas se muevan por todos lados—. ¿Verdad que si, Tiza? —la pequeña solo ladró una vez y movió la cola contenta por los cariños para después irse por donde vino, era normal en ella desaparecer en algún lado del departamento.
—Amor...
—Lo sé —rueda los ojos divertido y toma la toalla que el alfa le ofrece para limpiar sus manos, otra vez, una vez limpias, las colocó una en cada mejilla y bufó al ver toda la comida—. No sé que comer primero —sonríe en grande y dirige sus ojitos al alfa que aún se encontraba de pie junto a él—. Quiero la recomendación del chef.
—Mmm —Jungkook se pone la mano en la barbilla, finge pensárselo con seriedad y coloca las manos en su espalda—, creo que la mejor opción para abrir el apetito serían los panques —dice con una voz que fingía formalidad pero la sonrisa del omega solo se ensanchaba más con cada palabra.
—Entonces panques serán —asiente y comienza a servirse uno de los panques con cuidado de no tirarlo antes de llegar a su plato.
—¡Olvidé la miel! —el alfa chasquea los dedos al recordarlo y estaba por volver a la cocina cuando su teléfono comenzó a sonar en algún lugar de la sala de estar así que regresó en sus pasos para buscarlo.
El omega se puso de pie y buscó lo dicho por él mismo sin dejar de prestar atención a lo que el alfa hacía porque bueno, aún está bastante apegado a él y no quiere sentirlo tan lejano.
—Dime —saluda Jungkook después de descolgar su teléfono y volver a la mesa para tomar asiento con el móvil en el oído—. Si, hola papá —ahora Jimin sabe que es Hyungwon quien llama—. ¿No puede esperar? —el alfa hace una mueca extraña para reflejar molestia—. Pero... —el mayor lo interrumpió—. Bien, iré mañana a las 9 am —asiente resignado a nadie en particular y emite sonidos de aceptación—. Bueno, te veré entonces —cuelga el teléfono y gruñe para si mismo.
—¿Qué sucede? —Jimin se acerca a él con lentitud, parándose a su lado, Jungkook lo toma por la cintura y frota su mejilla contra el pecho del ojiazul para marcarlo y olerse en él, lo atrae hacia su regazo para rodearlo por la cintura mientras las piernas del omega cuelgan por un lado, su nariz inmediatamente viaja al cuello ajeno para olfatear la vainilla, formando trazos irregulares pero aun así tranquilizantes para él y el omega.
—Papá y los socios adelantaron la junta del consejo para mañana, necesitan que vaya a la oficina para explicarles los nuevos planes de inversión —dice con un toque de enojo—. No quiero ir, no quiero separarme de ti —refriega su mejilla contra la fuente de aroma del menor.
—Serán solo unas horas, lobito —acaricia sus rizos para nada en particular, solo quiere estar en contacto con él lo más posible.
—Pero en unos días volverás a las prácticas y la escuela, no te veré tanto, quiero tenerte conmigo cuanto pueda —mueve su nariz en líneas sobre el largo del cuello del omega.
—Pero es tu trabajo, amor —insiste.
—Es que... —Jimin lo interrumpe.
—Iré contigo, estaré afuera o me quedaré en la oficina de mi papá, he estado ahí antes y es genial —sonríe—, estaré cerca pero no tanto para interrumpirte.
—Me encanta la idea, bebé —aprieta más su agarre en la cintura del castaño—. ¿Seguro que quieres ir? —cuestiona besando su marca.
—Si, yo tampoco quiero estar lejos de ti —deja un dulce beso en sus labios y pestañea rápidamente con los ojitos brillando—. Y ahora que sabemos que ninguno quiere estar lejos del otro... ¿puedo comer sentado aquí? —ladea la cabeza dando su mejor sonrisa convincente.
—No aceptaría que fuera de otra forma, ángel —besa su mejilla y lo admira por unos segundos cuando se estira para tomar su plato del otro lado de la mesa, admira la preciosa forma en que sus gruesos labios se curvan hacia arriba al comer y la forma en que sus mejillas se llenan de forma graciosa con la comida, admira hasta la forma en que la miel hace que sus labios brillen de manera única así que no se resiste y lo besa rápidamente—. Casi olvido decirte, recibí un correo de la Universidad, van a entregarme mi título.
—¿De verdad? —cuestiona viéndolo emocionado.
—El correo decía que aceptaron validar mis materias del último semestre —cuando tuvo el accidente solo le faltaba presentar unos exámenes y estaría fuera de la escuela pero bueno, no pudo llegar a dichos exámenes y todo se fue por la borda—. De verdad creí que tendría que repetir esas materias —varios años de su vida los empleó en su carrera y ahora había obtenido el logro por el que tanto se esforzó, se sentía orgulloso de si mismo y su esfuerzo.
—¡Osea que ya te graduarse, alfa! —Jimin se emociona aún más y abraza con fuerza al otro—. ¡Felicidades! ¡Felicidades! ¡Felicidades! —repetía a la par que dejaba besitos por todo su rostro—. Estoy muy orgulloso de ti —besa sus labios sonoramente—, tendremos que festejar, hay que hacer una fiesta o una cena, o...
—Te amo demasiado, precioso —es lo primero que puede decir, se siente muy feliz por todo lo que ha obtenido—, ya veremos cómo celebrar, ahora come por favor.
—Yo también te amo —sonríe más grande y deja otro beso en su mejilla, vuelve a comer bajo la atenta mirada del alfa que lo acompaña enseguida, el uno tan embobado con el otro, perdidamente enamorados de su alma gemela y felices de compartir cada logro y dicha que se presentan en sus caminos.
✧✦✧
Jimin bajó las escaleras con sus jeans negros y un suéter gris que el alfa le obligó a ponerse porque "está demasiado frío afuera", tenía los anteojos puestos y un libro en la mano, estaba totalmente inmerso en pisar adecuadamente los escalones pero cuando su vista se encontró con Jungkook sentado en el sofá su boca se abrió y su respiración se detuvo.
Había visto a su alfa con trajes y ropa elegante, claro que lo había hecho, pero tenía tiempo sin presenciarlo de aquella manera, en ese momento se enamoró de nueva cuenta. Con su traje negro y su camisa rosa claro el alfa podía opacar a cualquier modelo del mundo, incluso con pijama podría hacerlo pero con ese traje y ese porte Jimin se siente el más afortunado omega que existe en cualquier universo.
—Amo como te ves con tus anteojos, angelito —habló Jungkook cuando lo vio parado al pie de la escalera, el alfa se acercó a él y lo rodeó por la cintura dejando un beso en su sien—. ¿Estás listo para irnos? —cuestiona acomodando el flequillo del menor, giró su cuerpo para buscar un abrigo para el castaño y comenzó a colocárselo al omega mientras éste lo observaba boquiabierto, y asentía en silencio—. ¿Te pasa algo? —su voz es preocupada por el aspecto impactado que Jimin le muestra, sus ojos comienzan a analizar cada rasgo del menor para buscar algún problema.
—Si —dice bajito con un suspiro—, eres demasiado guapo —una sonrisa se dibuja en su rostro y el alfa respira tranquilo al escuchar su respuesta.
—Y tú eres demasiado precioso, la persona más preciosa que hay —besa su mejilla sonoramente—. Ahora vamos que tengo que quedar bien con esos socios para que me dejen cambiar los presupuestos —jala al menor de la mano y ambos salen del apartamento mientras el omega ríe por lo dicho, al salir del edificio el mayor abre un paraguas que Jimin no había notado hasta ese momento, una lluvia algo fuerte está cayendo del cielo, ambos caminan por el estacionamiento para encontrarse con Zico que ya los esperaba con la puerta de la camioneta abierta.
—Buenos días, jefes —saluda a los dos chicos con una sonrisa servicial y cierra la puerta cuando ambos están dentro del vehículo.
—¡Buenos días, Zico! —Jimin sonríe hacia el beta, estaba a punto de hacerle algún comentario sobre su encuentro en año nuevo pero prefirió guardárselo para después cuando vio el ceño fruncido de Jungkook por su saludo efusivo, el omega solo puso el índice entre sus cejas y lo presionó para suavizarlo.
—Buen día, Zico —Jungkook también le sonríe luego de la acción del menor—. Por favor llévanos a la oficina pero ten demasiado cuidado —el beta asiente por el retrovisor—, pero demasiado, la lluvia es horrible y de verdad...
—Lo sé, jefé —los ojos de Zico le trasmiten confianza a través del espejo, eso y la mano de Jimin aferrada a la suya lo calman cuando por fin la camioneta se mueve. El camino a la oficina fue corto y en un silencio agradable, Jimin leía su libro mientras Jungkook lo rodeaba por los hombros y lo acercaba a su costado, ocasionalmente besaba su cabello y susurraba cosas que Jimin no alcanzaba a comprender del todo, pero está seguro que eran solo cariños y mimos, su omega se estira gustoso ante las atenciones de su alfa.
Al bajar de la camioneta, el alfa dirigió a Jimin al ascensor mientras se despedían de Zico con la mano pues estaba yéndose del estacionamiento, al entrar al cubículo del elevador, Jungkook presionó el botón del último piso.
—Iremos al último piso, ahí está mi oficina, la de tu padre está...
—En el séptimo —interrumpe Jimin—, si he estado aquí —Jungkook sonríe por eso, sigue sorprendiéndole que no se reencontraran desde antes, sabe que incluso aunque Jimin no fuera necesario para seguir con vida, él se habría flechado por el omega, solo hace falta verlo para perderse en sus ojos, su sonrisa y el toda la divinidad que representa.
—Podrás estar en la que gustes, puedes pedirle a Dayun cualquier cosa que necesites, ¿bien? —el menor asiente con una sonrisa—. Yo estaré en el quinto piso, ahí está la sala de juntas, si necesitas algo, cualquier cosa puedes entrar, no tienes que preocuparte por interrumpir nada.
—Gracias alfa, pero no voy a interrumpirte —niega y entrelaza sus dedos con los del mayor—, estaré bien —le asegura mientras la puerta del elevador se abre en el último piso del edificio, el omega nunca había estado en ese nivel, pero si en el de su padre y en la cafetería, casi puede saborear los deliciosos muffins de chocolate que venden ahí.
—Dayun —el ojiverde llama a alguien pero Jimin no presta atención al estar escaneando cada parte del lugar, solo siente la mano del alfa tomando la suya y acercándolo más a él de forma posesiva. Jimin no presta atención hasta que siente el aroma empalagoso, levanta la vista para ver a una preciosa omega castaña, piernas largas y delgadas a las cuales una falda de tubo se ajusta perfectamente desde sus rodillas hasta la cintura, el resto está cubierto por una camisa celeste que está dentro de la falda, el aroma de fresa con sandía está por cada rincón, ella lo liberó y Jimin lo sabe, su ceño se frunce por eso—. Él es mi omega, Park Jimin —al escuchar eso la sonrisa del nombrado se ensancha pero la de la omega flaquea un poco—, estará aquí un rato y lo verás frecuentemente, es algo como tu jefe de ahora en más —explica—. Él puede darte órdenes al igual que yo y su voz tiene el mismo voto que la mía dentro de ésta oficina —su voz es amable pero no deja lugar a réplicas al sentenciar que debía obedecer al castaño, quien le sonreía amable igual que su alfa tratando de recordarse que no debe sentir celos.
—Claro, Kook —asiente convencida—, lo que digas —su estómago da una vuelta al oír como lo llamó la castaña pero nuevamente no se molesta, porque bueno, Jungkook es alguien complaciente y alegre, todos le tienen confianza y es bueno que se lleve bien con sus empleados, se alegra de que su alfa tenga una buena relación laboral, después de todo cuando su suegro decida marcharse él va a quedarse a cargo de todo, necesita gente de confianza.
—Bien —dice girando a ver al omega—, vamos a mi oficina, amor —coloca su mano en la espalda baja del menor y lo empuja ligeramente hacia delante para volver a caminar unos metros más, abre una puerta de madera oscura que lleva a un enorme cuarto, paredes blancas y cuadros por doquier adornan el lugar, un sofá aterciopelado de color gris se encuentra en un costado mientras un escritorio negro está en el centro, con dos sillas oscuras frente a él y un sillón acolchonado detrás, para Jungkook, supone—. Puedes quedarte aquí o bajar a la de Hyunbin, ve a donde quieras y si te aburres demasiado o quieres irte llama a Zico —ofrece con una sonrisa mientras sus manos acarician los hombros del ojiazul—. Solo mándame un mensaje para no preocuparme, por favor —le entrega un beso en los labios y frota su mejilla contra su cabello para marcarlo con su aroma una última vez—. Te amo, te veo en un rato.
—Yo también te amo —sonríe y abraza al mayor para dejar un poco de su aroma también—. Aplasta a todos esos socios tacaños —Jungkook ríe.
—Haré lo que pueda, lo prometo —sale del lugar agitando la mano.
Jimin se dedica a observar cada rincón de la oficina, repasa su dedo por el librero que tiene 8 estantes repletos de libros de economía y administración que realmente no se detiene a verificar, se sienta en el sillón tras el escritorio y se frustra cuando este no desprende ni un poco del aroma de Jungkook, lo había usado hace semanas y solo un poco después de no usarlo por meses debido a su accidente, esa oficina debió sentirse muy sola durante esos cuatro meses, un nudo se forma en su estómago ante la tristeza del recuerdo, cuando Jungkook estuvo en coma aún no estaban unidos pero recordarlo le pone los pelos de punta, así que sale rápidamente porque no siente a Jungkook en ese lugar y lo extraña, tiene unos minutos que se fue pero lo hace, así que sale para no terminar por alertar a su alfa.
—Hola —saluda sonriente a la chica de hace un rato, tratando de establecer alguna conversación o algo parecido—, sé que Jungkook es algo autoritario pero no debes obedecerme ni nada —ríe bajito—. Yo ni siquiera trabajo aquí así que ignora lo que dijo —la omega solo veía su computadora pero Jimin seguía—. ¿Te gusta trabajar aquí? —fue lo primero que se le ocurrió, nunca había iniciado una conversación casual con alguien que no fueran sus amigos pero quería intentarlo.
—Mira, probablemente eres tan amable como Kook pero por favor no me hables —dice la castaña.
—¿Perdón? —cuestiona preocupado.
—No me agrada que estés con mi alfa pero lo permito solo para que se adapte —Jimin no sabe si escuchó bien pero su omega está furioso al escucharla reclamar a Jungkook como suyo, decide guardar la compostura y volver a cuestionarla.
—No te estoy entendiendo —su ceño se frunce pero su cara es de confusión total.
—Jungkook siempre fue un beta para todos aquí, pero sabíamos que es un alfa y yo lo amaba realmente —cuenta con una sonrisa—. Él tuvo ese accidente y mi omega se deprimió, realmente lo hizo —asegura saliendo de su escritorio y parándose frente a Jimin—. Yo siento que es mi alfa, él no lo sabe pero no quiero presionarlo —la cara de Jimin era un verdadero poema, no sabe que le pasa a la chica pero si asegura que Jungkook es su alfa entonces no es digna de atención, si miente de esa forma nunca lo será.
—Pero él está enlazado conmigo —discute sin alterarse, desde que Jungkook despertó trató de que el alfa controlara sus instintos, siempre le ha dicho que debe guardar su parte animal para personas que representen una verdadera amenaza, y aunque su omega quiere gruñir y atacar a esta chica, Jimin sabe que ella no representa una amenaza, ningún omega lo hace porque Jungkook es su destinado y lo ama, así que debe predicar con el ejemplo guardando la calma.
—Lo sé, está confundido por todo lo que le pasó, ser alfa es algo nuevo para él, pero cuando se dé cuenta vendrá por mi —la chica parecía realmente tranquila al respecto y una sonrisa se dibujaba en su rostro—. No me caes mal porque no te conozco, solo quiero que te mantengas alejado de mi porque bueno, mi omega no aprecia que estés con su alfa —el ojiazul ladeó la cabeza por la verdadera duda pero prefirió dejar las cosas como estaban, alzó una ceja pero agitó la cabeza para despejarse de todo enojo, se alejó para entrar al cubículo del elevador y bajar a la oficina de su padre.
En el ascensor se dio tiempo de analizar lo que acababa de pasar, la secretaria de Jungkook está genuinamente enamorada de él y asegura que es su omega, eso lo molesta, lo molesta mucho porque esa chica podría intentar algo, sin embargo ella se ve como una persona tranquila y hasta le habló "amablemente" explicándole la situación que ella creía real, sabe que nada de eso es verdad, todo demuestra que él y Jungkook son almas gemelas y aunque no lo fueran, ellos se aman más allá de eso, pero no entiende la razón para que Dayun tenga esos sentimientos.
Está preocupado, realmente lo está porque ella asegura que Jungkook lo dejará, su corazón se acelera y el nudo de su garganta crece ante la idea, sabe que eso no pasará pero no puede evitar imaginarse lo doloroso que sería, Jungkook es el amor de su vida y le duele pensar que esa chica sufre por él. Sale del ascensor para saludar a la secretaria de su padre quien le da pase y entra a la oficina de su padre donde todo es más conocido, sabe que la oficina de Jungkook sería mucho más acogedora para él si el alfa pasara más tiempo ahí, lo será en algún tiempo cuando esté impregnada con el tabaco y la tierra húmeda, pero por el momento solo busca algún aroma conocido y el de su padre esta ahí, tan hogareño y familiar como siempre, el aroma a madera de su padre siempre lo calmará así que toma lugar en la silla, sube los pies al escritorio y pronto todo se siente más tranquilo y adormecedor cuando retoma la lectura de su libro.
✧✦✧
Se incómoda un poco al sentir a alguien sacudiendo su hombro y comienza a abrir los ojos lentamente para encontrarse con la familiar figura de su padre que lo ve con una sonrisa en los labios.
—Hola, cachorro —saluda y pronto tiene a Jimin abrazándolo.
—¡Hola papá! —emocionado se pone de pie para poder abrazarlo correctamente, lo había visto en año nuevo pero siempre lo extraña, demasiado—. Te extrañé tanto.
—Porque quieres, puedes ir a casa en lugar de solo llamar —dice burlón besando la cabeza de su hijo.
—Lo siento pero quería estar con Kook —se escusa separándose del abrazo—, pero cuando vuelva al hospital volveré a verte diario para que me lleves a la escuela, ¿verdad? —Jimin se lo había pedido después de la charla que tuvieron cuando se enlazó a Jungkook, como el trabajo del alfa comienza después de que la escuela del omega ha comenzado el padre del ojiazul acordó pasar por él como un beneficio doble, así Jungkook no tenía que salir tan temprano y él no se sentía desplazado tan rápido en los cuidados a su cachorro.
—Verdad, cachorro —asiente—, Shinhye te extraña mucho, sería bueno que vayas a verla porque está algo molesta estos días —Hyunbin se recarga en la orilla del escritorio mientras Jimin vuelve a sentarse en la silla.
—Lo sé, siempre se pone así cuando sus cirugías se acercan —dice con algo de tristeza, ver a su hermana pasar por otra operación lo preocupaba y mucho, estaban a menos de 15 días de eso y solo de pensar en su hermana sufriendo le pone la piel de gallina.
—Es normal que esté asustada, pero sabe que tú la cuidas, Minnie —sonríe y hace girar la silla donde su hijo está sacándole una risa—. Siempre la animas.
—Iré a verla mañana, te lo prometo —sonríe en grande cuando Hyunbin detiene la silla y quedan de frente, el alfa coloca un dedo sobre su nariz y la golpea con delicadeza.
—Más te vale cumplir tus promesas —sentencia con alegría—. Y ahora ve a buscar a Jungkook porque estaba ansioso por salir de esa junta —Jimin se pone de pie emocionado al escuchar que su alfa lo extrañaba tanto.
—Bien, te veré mañana, ¡te amo papá! —se despide pero cuando estaba por salir recuerda la situación que vivió hace un rato—. Oye, ¿conoces a Dayun? —cuestiona mientras sostiene la perilla de la puerta.
—La secretaria de los Jeon —asiente—. ¿Qué sucede con ella?
—¿Es cercana a Jungkook? —Hyunbin sonríe con sospecha—. No me malentiendas, no estoy celoso —niega y rueda los ojos—. Ella dijo algo sobre ser la omega de Jungkook —Hyunbin abrió los ojos impactado.
—Oh —su boca se abre con sorpresa pero niega de inmediato—. Jungkook siempre ha sido muy profesional, hasta que te conoció... —Jimin hace una mueca de ofensa—. Me refiero a que, él nunca se mostró impaciente por salir de una junta o mucho menos se oponía a asistir —Jimin seguía sin comprender—. Él está impaciente por estar contigo, por llegar a ti... Nunca se mostró ni un poco así por ella ni por ninguna persona, no tienes porqué dudar —sonríe.
—No lo hago —afirma sin preocupación—. Solo... Sé que Jungkook y yo somos destinados —el mayor de los Park sonríe, sabía que su cachorro terminaría por aceptar esa "historia de cuentos" así que está feliz por eso aunque aún no termina de asimilar que su hijo creció—, pero solo quiero saber si ella tiene genuinos motivos para creerlo, no quiero que se ilusione más y dañarla cuando se dé cuenta de su error.
—Que yo sepa ellos no son nada parecido a amigos —el omega hace una mueca extraña y chasquea la lengua—, pero háblalo con Jungkook.
—Lo haré —asiente—, te veo mañana, papá —agita su mano—. Te amo —cierra la puerta y escucha el "yo también" de su padre.
Se despide de la secretaria y entra de nuevo al elevador, suspira cuando se siente más cerca de su alfa, lo extraña demasiado y aunque la sensación no es dolorosa como lo era cuando no tenían un lazo real, sigue siendo un tormento estar apartados pero eso es solo porque disfrutan mucho de la compañía del otro.
Las puertas se abren y de nuevo observa el escritorio de la omega, no se detiene a pedirle acceso a la oficina del alfa porque el pelinegro está abriendo la puerta apresurado con los ojos escudriñando por doquier hasta que se encuentran con los suyos, el azul y el verde encontrándose por milésima vez, haciendo que grandes sonrisas se pinten en sus rostros, Jungkook se adelanta a él y lo abraza con fuerza contra su pecho.
—Te extrañé demasiado, amor —se separa un poco del abrazo para besar su frente pero vuelve a arroparlo para que el menor recargue su cabeza en su pecho.
—Solo fueron poco más de dos horas, ricitos —sonríe por los cariños que Jungkook le hacía en el cabello.
—Pues a mi me pareció una eternidad —se separa y acuna su rostro—. No se siente igual a cuando no estábamos enlazados, mi alfa te extrañaba pero era yo quien quería salir corriendo a abrazarte.
—Yo también te extrañé mu... —iba a seguir hablando pero el lugar se llenó de fresas combinadas con un poco de tristeza, Jungkook arrugó la nariz—. ¿Podemos ir a tu oficina? —cuestiona un poco más apagado, Jungkook lo nota y se acerca para asegurarse de que la tristeza no emane de él, su semblante se relaja al comprobarlo. Ambos caminan directamente a la oficina, el omega no se detiene a mirar a Dayun, solo pasa de largo sin poder verle a los ojos.
Cuando entran y la puerta está cerrada, Jungkook lo jala hacia el sofá donde lo coloca a horcajadas en su regazo y comienza a restregar su mejilla contra la fuente de aroma, el tabaco cubriendo cada centímetro de la habitación, Jimin suspiró aliviado al sentir las manos de Jungkook rodearlo por la cadera, extrañó mucho a su alfa, aún están apegados por el celo pero independientemente de eso, extrañó mucho a Jungkook y su compañía.
—Te sentí muy tranquilo —señala el mayor mientras besa su cuello en varios puntos—, apuesto a que estabas dormido —sonríe cuando el menor asiente—. ¿Por qué no te quedaste aquí?
—No olía a ti —la cabeza de Jungkook se recarga en su pecho y comienza a acariciar sus rizos, sus pensamientos se redirigen a lo que había pensado antes—. Alfa, necesito preguntarte una cosa.
—Soy todo oídos y respuestas para ti, ángel —Jimin suspira así que Jungkook lo toma como una señal para verle a la cara, nota la confusión en su ceño fruncido y sus ojitos azules se ven distintos—. ¿Qué pasa, bebé? —acaricia su mejilla para invitarlo a hablar.
—Tú... ¿saliste con Dayun? —cuestiona rápido y tratando de no dudarlo demasiado.
—No —responde simple—, ¿por qué preguntas? —era obvio que Jungkook no sabría nada de los sentimientos que la chica tiene por él, a veces es muy despistado y al parecer la omega no le coquetea como para que lo note.
—Ella está enamorada de ti —el ceño del alfa se frunce.
—Claro que no —sonríe y desliza su dedo índice por las cejas del omega haciendo que relaje sus facciones.
—Ella me lo dijo —su tono es triste, el mayor apretó su abrazo por eso y sus ojos se oscurecieron ante la tristeza en la voz de su omega, si está triste es porque alguien lo provocó, y la frase que dijo Jimin señala a Dayun como la culpable.
—¿Ella te molestó? —su pecho retumbaba por el enojo, había hecho que su precioso chico se entristeciera y no iba a permitirlo.
—No —responde rápidamente—. No, no dijo nada ofensivo solo me habló con lo que cree es la verdad —sus manos se colocaron en los hombros del alfa y los acariciaba dulcemente para evitar su molestia.
—¿Qué? —cuestiona desconcertado—. No te entiendo, amor —niega con el ceño aún fruncido y los ojos con poco menos de oscuridad para dirigirse al dueño de su corazón—. ¿Ella te dañó o no? Estás triste, ¿ella es la culpable?
—No —niega de nuevo—, estoy triste por ella, cree que tú eres su alfa, realmente lo cree Kook —los ojos de Jungkook vuelven al verde cotidiano y se rasca la cabeza porque sigue sin comprender, Jimin lee sus acciones así que continúa—. Me pidió que no le hablara porque le molesto, y antes de que te enojes, no fue realmente grosera —escusa a la chica, él no considera que ella fuera brusca, simplemente defiende al que cree que es su alfa, sigue sin comprender porqué está tan convencida de eso, pero no puede hacer nada al respecto aunque su lobo exige que le deje en claro que no es verdad.
—Tú no le puedes molestar a nadie, eres Jimin —la obviedad que usó en su tono hizo reír al omega.
—Dijo que su omega sabe que tú eres su alfa —la cara del mayor se contrajo—, cree que estás conmigo para adaptarte y después te darás cuenta de que ella es tu indicada —explica, realmente desea que esa chica se dé cuenta por si misma pero, muy dentro de Jimin, su omega se encuentra furioso, quiere que esa chica salga de esa oficina y no vuelva jamás, nadie puede reclamar a su alfa, quiere que Jungkook le deje en claro que solo le pertenece a él y punto.
—Y es claro que eso nunca va a pasar —besa los labios de Jimin—. No tienes porqué ponerte triste, bebé —acaricia sus muslos de arriba a abajo.
—Lo sé —sonríe a medias—, pero no quiero que ella o su omega la pasen mal al darse cuenta, tienes que hablar con ella, lobito.
—No lo veo necesario —niega.
—Pero mi omega quiere que lo hagas, no quiero que esté pensando en ti como suyo, eres mío —susurra lo último en los labios del otro antes de dejarle un beso posesivo, sin movimientos pero con los labios muy apretados a los suyos—. Si no le aclaras que está equivocada ella seguirá con la idea y tal vez no sea feliz.
—Pero yo nunca le di motivos para que creyera eso, no tengo porqué aclararle nada —la serenidad de su voz convence a Jimin pero su omega es más insistente, si él fuera esa chica preferiría que le dijeran la verdad, y le mostraran que está equivocada.
—Por favor —sus ojos suplicantes atraviesan los de Jungkook, el azul volviéndose más oscuro y sus mejillas pintándose de un suave rosa que los hace brillar y resaltar al igual que su labio inferior—. Por favor, alfa —repite con el tono más suplicante que Jungkook ha oído, el mencionado suspira, nunca puede negarse a nada de lo que el omega le pida.
—Está bien, ¿pero puede ser en otro momento? —ladea la cabeza y muestra sus hoyelos en un gesto adorable—. Quiero estar contigo, te extrañé mucho —y bueno, el omega tampoco puede negarle nada al alfa...
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